El metal que vino del frío

De 14/11/13

Música

El metal que vino del frío

El metal que vino del frío

Hace ya varios años que Escandinavia se presenta cual auténtico paraíso en el pensamiento de los fans del metal. Salir un sábado por la noche en Estocolmo u Oslo es como entrar en un gigantesco tren fantasma: el negro domina la moda entre los jóvenes y las configuraciones estéticas típicas del Black Metal (cara maquillada en blanco y negro, pelo teñido como la noche misma) se pueden ver a cada paso. Pareciese que el frío que acosa a esta parte del mundo la mayor parte del año es directamente proporcional con la predilección de sus habitantes por el metal y el talento de un buen puñado de músicos ¿o hay otras razones? “Lo de los inviernos es verdad, ¿qué mejor que quedarse dentro y tocar? Aunque no por eso el metal es tan popular: acá tenés un gran soporte de parte del gobierno. Desde chico podés conseguir de su parte hasta el 70% de lo que te cuesta la sala de ensayo. Cuando tenés 15 años, claramente eso es una enorme ayuda. Eso le pasó a muchas de las bandas suecas en los ‘70 y ‘80.” Quien habla es Tomas Haake, premiado baterista de Meshuggah, banda de Umea -pequeña ciudad a 600km al norte de Estocolmo, Suecia-, que hoy a las 19 se estará presentando en Groove -entradas por Ticketek- en lo que será su primera visita a Argentina. “Es muy loco que no hayamos estado allí antes. Somos una banda que gira desde hace años y finalmente daremos shows por allá, no podemos estar más felices de por fin ver a nuestros fans.” Activos desde 1987, Meshuggah siempre jugaron a los extremos. Su nombre significa “loco” en hebreo y eso tiene contacto directo con su sonido: todo un mundo de pensamientos profundos y sentimientos primales, enrevesados y complejos como la misma mente humana.

Su indefinible amalgama de metal progresivo y experimental con métricas de free jazz y voces hardcore conmovió a la prensa especializada; en 2006 y 2009 fueron nominados a los Grammy. Adelantándose a la moda del Nu metal, en 1991 usaban guitarras de siete cuerdas -desde el disco Nothing (2002) usan de ocho- sumando peso y gravedad a su sonido; Haake cree que esta es alguna de las razones para el profundo respeto que tienen otras bandas y la crítica musical por ellos. “También tiene que ver con nuestra longevidad. Cada disco que sacamos salió en el momento adecuado. Con Destroy, Erase, Improve en 1995 dimos en el clavo. Hicimos una búsqueda intensiva hacia un metal nuevo, mucho más técnico de lo conocido. Nosotros y Fear Factory causamos un gran revuelo en el momento. Aquello fue crucial: nos abrió a otros mercados en el mundo” Considerando la complejidad de su música ¿cómo componen? ¿Son de ensayar mucho?

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