Erotismo y ritual sagrado

De 29/10/13

Cine

Erotismo y ritual sagrado

Erotismo y ritual sagrado

El joven coreógrafo Damián Malvacio se formó en el Taller de Danzas del Teatro San Martín, que es un semillero de fantásticos bailarines y también de promisorios creadores. Malvacio estrenó en el Festival del Rojas de este año Stabat Mater, sobre música de Pergolesi, reestrenada este mes y una obra muy ambiciosa en la más noble acepción de la palabra. Si bien los coreógrafos debutantes suelen comenzar con piezas de formato pequeño, dúo o trío, Malvacio se decidió por aquello que en número de bailarines y características podía servir mejor a lo que quería contar y así reunió un elenco atípico de seis varones y una mujer.

Stabat Mater se sumerge desde el principio en una extraña atmósfera, entre sacra y profana: una mujer lava a un hombre desnudo sentado en una tina y ya en este cuadro hay una sugerencia religiosa y a la vez sensual. Este es el camino que recorre el coreógrafo, el de una ambigua relación entre erotismo y el ritual sagrado, relación violenta y extraña.

Malvacio organiza su obra con un pensamiento puramente coreográfico y no fuerza a la danza a “decir” más que lo que este medio, relativamente abstracto, puede dar de sí. En este sentido, le cabe esa definición que alguien dio de la música en general: Stabat... es comprensible pero intraducible. El tema y su desarrollo revelan algo muy personal en Malvacio, que dirigió muy bien a los bailarines en las peculiares demandas de la obra. Sofía Sciaratta hizo una bella interpretación de su equívoco personaje y los varones -Andrés Rosso, Mauro Cacciatore, Matías Gonzales, Joaquín Toloza, Federico Acquistapace y Facundo Fleitas- sostuvieron con potencia su participación coral. Acompañó en vivo Andrés Gerszenzon y su orquesta de la UBA (última función, jueves a las 21 en el C.C. Rojas. Corrientes 2038).

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